
La Semana Santa, en el año litúrgico cristiano, es la semana previa a la Pascua que comienza con el Domingo de Ramos. Se celebran ritos solemnes para conmemorar la pasión, muerte y Resurrección de Jesucristo.
Celebraciones especiales recuerdan la institución de la eucaristía en el Jueves Santo; lecturas de las Sagradas Escrituras, oraciones solemnes, y la veneración de la cruz recuerdan la crucifixión de Cristo el Viernes Santo. El Sábado Santo se conmemora el entierro de Cristo; los oficios de vigilia de medianoche inauguran la celebración de la Pascua de Resurrección.
Conoce el significado y la historia de los días de la Semana Santa:
La Semana Santa comienza con el Domingo de Ramos. En este día se celebra la entrada de Cristo a Jerusalén (Mateo 21 1-11; Marcos 11 1-11; Lucas 19 29-41), montado en un burro pequeño y aclamado por el pueblo como rey con ramos y gritos. Esto ocurre pocos días antes de su arresto, juicio, condena y crucifixión. Durante la celebración en la misa se lee el texto completo del relato de la pasión y los fieles asisten con ramos y palmas para aclamar a Cristo.
La entrada a Jerusalén
Jesús y sus discípulos se dirigieron hacia Jerusalén. Al llegar a Betfagé, un lugar cercano a la ciudad, al pie del Monte de los Olivos, Jesús envió a dos de sus discípulos a Jerusalén. Les dijo: "Verán a un pollino (burrito) atado en la puerta de una casa. Desátenlo y tráiganmelo. Si alguien intenta impedírselos, díganle que el Señor lo necesita y los dejarán ir en paz".
Los discípulos hicieron lo que Jesús les había dicho y, efectivamente, encontraron un asno con su burrito. Lo desataron, colocaron unos mantos sobre él a manera de silla de montar y se lo llevaron a Jesús. Ningún hombre lo había montado aún, pero éste se mostró dócil y obediente con Jesús. De este modo se dirigió hacia Jerusalén a lomo de un asno.
Al verlo llegar, la gente cubrió el camino con sus vestidos y con hojas de palmas. La muchedumbre se arremolinaba a su alrededor, cantando y rezando hacia el cielo. "¡Bendito sea el Hijo de David! ¡Bendito sea quien viene en nombre del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria en las alturas!".
Conforme se acercaba a la ciudad, Jesús lloraba, porque sabía que Jerusalén iba a ser destruida.
Y cuando entró en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió y decía: "¿Quién es éste?". Y la muchedumbre respondía:"Éste es Jesús el profeta, el de Nazaret de Galilea".
Entonces unos fariseos le dijeron a Jesús que hiciese callar a la gente, pero Él les respondió:"Les digo que, si ellos callasen, gritarían las piedras".
Los mercaderes del Templo
Jesús fue entonces hacia el Templo. Al llegar allí, vio que los patios se habían convertido en un mercado.
La gente compraba y vendía, los mercaderes ofrecían sus productos a viva voz, se cambiaban moneda y se regateaba el precio de la mercadería. Jesús se enfureció terriblemente al ver todo aquello y arremetió contra los mercaderes, azotándolos con unas cuerdas, tiró al suelo las mesas de los cambistas desparramando las monedas que estaban sobre ellas y echó a los vendedores junto a sus bueyes, ovejas y palomas."¡La casa de Dios es una casa de plegaria!", gritaba Jesús. "¡Y ustedes la convirtieron en una cueva de ladrones!", agregó.
Cuando el templo quedó vacío de mercaderes, la gente se acercó a Jesús para que la curara. Pero, cuando los legistas y sacerdotes vieron cómo la multitud rodeaba a aquel hombre y al escuchar a los niños cantar "Gloria al Hijo de David", se inquietaron mucho. Así que le preguntaron a Jesús: "¿Sabes lo que cantan esos niños?".
"Sí". ¿Acaso no leyeron las Escrituras, que dicen que los niños inocentes son los que oran con más ternura a Dios?", les contestó.Para los católicos es un día particularmente especial ya que, además de culminar la Cuaresma (cuarenta día de ayuno), la Iglesia Católica se introduce en los tres días más importantes del año litúrgico, en lo que llaman el Triduo Pascual.
Por la mañana del Jueves, todos los sacerdotes, se reúnen en la Iglesia Catedral para celebrar la Misa Crismal. En esa ocasión, con la presencia del Obispo del lugar, y rodeados de fieles, renuevan sus promesas sacerdotales.
En esa misma celebración se bendicen los santos óleos con los que serán ungidos los niños que recibirán su bautismo, los enfermos y quienes celebren el sacramento de la Confirmación durante el año.
Por la noche, se celebra la Eucaristía que viene a evocar la Ultima Cena en la cual Jesucristo, en medio de la comida Pascual, ofreció a Dios su Cuerpo y su Sangre bajo las especies del pan y el vino. Al mismo tiempo, Jesús se muestra servidor de los hombres a través del lavado de los pies.
Finalmente, el Jueves Santo por la noche se realiza una vigilia de oración donde el silencio y la meditación adquieren gran importancia.
La Última Cena
El jueves tras su llegada a Jerusalén, Jesús y sus apóstoles celebraban la Pascua. Entonces, Jesús bendijo el pan, lo partió y se los dio, diciendo: "Tomen este pan y cómanlo, porque es mi cuerpo".
Luego bendijo el vino y, extendiéndoles la copa a sus discípulos, les dijo:"Beban de este vino, porque es mi sangre".
Jesús miró entonces a sus discípulos, afligido, y les dijo: "Uno de ustedes va a traicionarme".
Los discípulos no podían creer lo que estaba diciendo y se miraban unos a otros, tratando de descubrir a cuál de ellos se refería Jesús. Se preguntaban entre ellos: "¿Eres tú? ¿Es él? ¿Soy yo?".
Pedro le habló al oído a Juan, a quien Jesús amaba mucho y que estaba sentado junto a Él:"Pregúntale al Maestro de quién se trata".
Juan se acercó a Jesús y le preguntó: "Señor, ¿quién de nosotros lo hará?".
"Aquél a quien yo le dé este trozo de pan", contestó Jesús y tomando un pequeño pedazo de pan, lo mojó en el plato que tenía delante suyo y se lo entregó a Judas Iscariote.
"Haz lo que tengas que hacer… pero hazlo rápido", le dijo.
Sin decir una palabra, Judas se levantó de la mesa de un salto.
La Crucifixión
Al llegar al Gólgota, los soldados hicieron que Jesús y Simón dejaran la cruz en el suelo; luego le dijeron a Simón que se fuera. Jesús estaba muy débil, la sangre manaba de las heridas de su espalda y de su frente lacerada por la corona de espinas. Uno de los soldados le ofreció una copa de vino con mirra, para aliviar el dolor de Jesús, pero Él la rechazó. Entonces, lo acostaron sobre la cruz y clavaron sus muñecas y manos en ella. Colocaron sobre su cabeza una inscripción en hebreo, latín y griego, que decía "Jesús de Nazaret, Rey de los Judíos". Tras esto, pusieron la cruz en su lugar. Los soldados se repartieron a suerte la ropa de Jesús y se sentaron a montar guardia.
Mientras tanto, la gente tenía distintas actitudes. Muchos miraban, llenos de tristeza e impotencia. Pero otros se mofaban de Jesús y le gritaban: "Si realmente eres el Hijo de Dios, ¿por qué no te salvas a ti mismo?". Pero Jesús exclamó: "¡Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen!".
Junto a Él habían crucificado a dos ladrones, uno a cada lado de Jesús. Uno de ellos también lo escarnecía: "¡Si eres el Mesías, el Hijo de Dios, sálvate y sálvanos a nosotros!".
Pero el otro le dijo: "¿Ni siquiera temes a Dios en la hora de tu muerte? Nosotros somos castigados por nuestros crímenes, pero Él nada malo ha hecho".
Y, volviéndose hacia Jesús, le dijo: "Señor, acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino". Y Jesús le dijo: "En verdad te digo que hoy entrarás conmigo en el Paraíso".
Para mí éste es un tiempo que todos los seres humanos debemos tomarlo para reflexionar sobre nuestras vidas y más que todo para buscar más de Dios, pues sin él no seríamos nada y aprender de una vez por todas, que le verdadero significado de todo ésto que Jesús hizo por nosotros es : Amor, no lo olvídden.