
Todos los sucesos se desenvuelven por mi bien supremo. Al buscar voluntad divina en cada circunstancia, encuentro paz, serenidad y acción correcta. Estas son mis bendiciones. Soy capaz de entrar a la seguridad interna incluso en medio de la turbulencia exterior.
Al recordarme que hay un flujo de bien en todos los aconteciemientos, acepto los tiempos que en un comienzo pueden frustrarme o confundirme. Al saber que estoy anclado en la realidad espiritual, soy capaz de enfrentarme a las circunstancias de la vida con sabiduría y una visión amplia. En cada situación, la máno de la gracia está activa para lograr mi bien.
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